Me di cuenta que interpretás lo que querés. Que estás a la defensiva, que te hacés cargo de cada una de mis palabras. Pero la mayoría de mis palabras no están destinadas a vos. Ni a él. Ni a nadie. Porque tiendo a mentir, tiendo a inventar y te dejo pensar que soy de una manera que no existe y te dejo imaginarme de la manera que más te convenga. Pero no me creas, no te hagas cargo o directamente no me leas. Porque no sos el centro de mi universo y no te estoy hablando a vos. Esto es mío y sólo yo conozco el verdadero significado.

Hoy estuve feliz todo el día. Por lo hermosa que me queda la ropa, por haber estrenado mis botas y por no intentar matar a la vieja que me hizo cambiarle la pila del reloj. Estuve feliz porque soy una diosa, porque me regalaste el más lindo de los besos y los abrazos y porque todo lo que hice me salió bien.

Me olvidé de comer y ahora me tiemblan las manos. Adoro tener la cabeza en cualquier lado.