Parece que la recepcionista de mi dentista no sabe sobre mi fobia a las palomas. Así que se tomó todo su tiempo para bajar a abrirme. Y ahí estaba yo, subida al escalón y apoyada contra la pared intentando mantener la mayor distancia posible, mientras las palomas no se alejaban de la puerta del edificio. El palomo quería empomarse a la paloma y, aparentemente, era súper necesario tenerme a mí de espectadora.
Mientras el Dr. G no tenía piedad con mi boca, yo intentaba imaginarme situaciones más dolorosas...para consolarme un poco. Pensé que es mucho peor ir al ginecólogo y después recordé que mi ginecólogo está bárbaro y que, por lo tanto, ir al dentista es un acontecimiento mucho más traumático.
1 comentario:
LAs palomas son ratas con alas, dicen los veterinarios. Yo tampoco me banco a las palomas. Pero no les tengo fobia: de hecho, cada vez que puedo, pateo a alguna (sin llegar al límite de lastimarla), para ahcerla saber que ME ROMPE LAS PELOTAS QUE UN BICHO DE MIERDA COMO ESE NO SE MUEVA CUANDO VOY CAMINANDO. Aguanten los gorriones.
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