miércoles, 26 de noviembre de 2008

Y esta vez es verdad. Si no había déjà vu es que no hay vuelta atrás. Quizás sólo extraño tus brazos y tus abrazos. Pero no hay nada tuyo que me pueda hacer feliz. Porque me gusta que me inviten a comer, que me hagan regalos y que me digan que soy linda. Y que de vez en cuando me cojan con sentimiento. Sex porno es sólo accidental. O semi habitual. U ocasional. Porque en algunos momentos gusta mirar y tocar y sentir. Mi cabeza es una maldita traicionera. Pero yo la traiciono a ella con mi sorpresiva y casi permanente inteligencia. Así que no. La respuesta es no. Hoy y para siempre. Así que no me hables, no me sonrías y no seas irresistiblemente encantador. Porque lo único que sabés ofrecer, es lo único que me sobra. Y lo que menos me hace falta.

Vacío. Lo lleno con boludeses. Simulan abundancia. Aunque en realidad estoy bastante completa. Me hiciste feliz vos aunque sea transitorio. Aunque no lo sea. Es que quiero zapatos negros cerrados de taco alto con una onda botón en la punta. Y otro vestido que resalte mis virtudes y oculte mis defectos. Y voluntad para ir a la peluquería, para dejar de contar calorías y para ir a anotarme en los malditos finales.

Y que alguien me llame. Llamame. Llamame. Llamame. Llamame. Llamame.

Cuando repetís mucho una palabra, ésta empieza a sonar rara. Creo que en agosto fui infeliz. Pero en realidad no me acuerdo.

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