viernes, 23 de abril de 2010

Entre San Juan y San Pedro hicieron un barco grande
El barco era de oro, la quilla era de acero
En una noche oscura cayó un marinero al agua,
se le apareció el demonio diciéndole estas palabras:
- ¿Qué me darás marinero si yo te saco del agua?
- Yo te daré mi navío y mi oro y mi plata
- Yo no quiero tu navío, ni tu oro ni tu plata,
yo quiero que cuando mueras a mí me entregues el alma
- El alma a Dios se la entrego, el cuerpo al agua salada
y el corazón que me queda a la Virgen Soberana.


Años más tarde le confesé que me daba mucho miedo esa canción. Hoy es uno de mis mejores recuerdos. Te voy a extrañar.

2 comentarios:

Jack Sparrow dijo...

No deberías de tenerle miedo a las olas pequeña marinera. El mar solo puede disfrutarse si se le pierde el miedo. Me voy con el vuelo de las gaviotas.

Lollipop dijo...

La mejor canción del mundo, uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Es un momento, un perfume, una voz