No, no miré el partido. Y si mi vecino no hubiese gritado el gol no me habría enterado nunca que era en ese momento. Así que, como Marley tampoco es muy fanática del fuchi, decidimos ir a dar una vuelta sanitaria. Te digo que el mundo se para en el mundial. Para todos menos para nosotras. No había absolutamente nadie en la calle. Tan desolada estaba que en un momento me sentí como en una especie de Exterminio, a la expectativa de que en cualquier momento una multitud de zombies vinieran a comerme, chuparme la sangre o lo que sea que hacen los zombies. Lo que más me molestaba de esto era pensar en la paja que me daba tener que correr para salvar mi vida. Así que resolví que si llegara a pasar eso no iba a intentar resistirme porque, seamos sinceros, de todas maneras no estoy muy lejos de convertirme en uno de ellos. Ufff...que paja mi vidaaaa.