Estoy en un estado de confusión. Pero confusión placentera. No una confusión desesperante. Lo cual es un estado de ánimo nuevo para mí porque en general todo me inquieta, todo me pone del orto. No necesito resolverlo ya. Ni pedir explicaciones, ni preguntar al otro qué es lo que siente para resolverme a mi misma. No. Puedo vivir así. Sin saber nada. O sabiendo...porque lo obvio es obvio y no hay necesidad de indagar. Quizás por eso mi confusión placentera. Porque se que no importa cuántas veces pregunte, la respuesta siempre va a ser negativa. Así que lo vivo como una negatividad permanente e inmodificable. Una negatividad definitiva. Lo cual está bueno porque si ya se que la respuesta va a ser siempre que no, entonces no tengo que esforzarme demasiado y puedo ser como soy -jodida cuando soy jodida y no jodida cuando no.
Aunque palabras sabias una vez me dijo mi padre: No hay nada que sea definitivo. Y si alguien sabe de palabras sabias, ese es mi padre. Así que me quedo con el pequeño porcentaje positivo e intentaré atenuar mi jodidez. Por lo menos hasta que el No se convierta en un tal vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario