viernes, 7 de octubre de 2011

Me despierto. Me tomo un café con 20 cigarrillos. Y reniego. A la vida misma. Reniego porque es costumbre. Reniego porque tengo miedo de que si no lo hago me puedo llegar a convertir en una persona copada. En alguien alegre. Me quejo porque mi casa es un quilombo. Y creo, estoy bastante segura, de que las cosas se mueven solas. Me voy y se cambian de lugar. Y cuando vuelvo todo está así como está. Tardo 3 horas para ponerme a ordenar/limpiar. Tardo 3 malditas horas, 3 cafés e incontables e inservibles cigarros. Y ordeno. Escucho Calle 13, me hago la que se bailar esa música y me pongo un tanto agresiva. Porque Calle 13 por momentos me conmueve y por momentos me enviolenta. Y pienso en las muchas, tantas ganas que tengo de cojerme a Residente porque debe ser un tipo muy sucio en la cama y eso me pone onda libidinosa. Residente en mis sueños me da nalgadas y me dice groserías. Y yo soy feliz. Feliz con la denigrada. Tuve un violento denigrador en mi cama una vez, unas cuantas, pero no me resultaba reconfortante. La amenaza de muerte no me cabe. La amenaza de suicidio mucho menos. Porque la que queda viva soy yo y por lo tanto soy la única que queda para limpiar el desastre. Tendría que haber dejado que te mates negro hijo de puta. Anyway...estoy en paz.

Definitivamente estoy en paz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja ja ja!, sos mágica, como me gusta como escribís.

Meki dijo...

Gracias!!! Ayyyy...que intriga me dan los anónimos!!