lunes, 26 de noviembre de 2007

Mi pollera negra es hermosa y me queda divina. El único problema es que se me baja cuando camino. Y si llevo cosas en la mano no me la puedo subir. Conclusión: hoy le mostré mi tanga violeta a todos los que viajaron en el 68, a todos mis clientes de la librería y seguramente a algún que otro vecino. Pero no me importa porque me encanta mi pollera negra...desde ahora en más, voy a prestar atención de lucir bombachas lindas cada vez que la use.

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