martes, 8 de abril de 2008

No entendés nada de lo que digo. No entiendo nada de lo que decís. Pero nada más porque no te estoy escuchando. Porque tengo en la cabeza lo que te estoy diciendo y a lo que no estás prestando atención. Es mi crisis mensual. O mi crisis semanal o lo que sea. O la razón por la cual me lavo los dientes 20 veces al día. Es momentáneo, transitorio, fugaz. Y absolutamente insoportable. Es como si me picara todo el cuerpo o como si no pudiera respirar. Es como correr sin avanzar o intentar sin éxito sacar la cabeza de abajo del agua. Entendés lo que te digo? Es mi sensación de ahogo, mi impotencia en potencia y mis ganas de llorar.
Pero en medio de una crisis que apenas puedo justificar, me quedo sin palabras por tan solo un gesto. Sos un 100 % distinto. Y distinto es mejor. Y mejor es original. Si supiera que puedo llegar a recibir algo a cambio, por mínimo que sea, sabrías lo que quiero que sepas. Y si lo supieras, sería libre de decirlo todos los días.

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