miércoles, 3 de noviembre de 2010

Digo. Para anticiparme. Y para que nadie se olvide de ir comprando regalos. Si ahora tengo 29 años, el 19 de noviembre seguro voy a tener 30. Y los 30 ya son otro tema. Eso es lo que dice mi peluquero. No voy a hacer una lista de lo que tengo que cambiar porque me creo perfecta. Y unas entradas atrás ya les conté de toda mi gigante felicidad. Así que, para qué hacer cambios? Aunque algunas cosas cambiaría. Pequeñeses. Limpiaría más seguido arriba de la heladera, saludaría a los vecinos, le pondría más límites a mi perra....sí...definitivamente esos son mis futuros proyectos de treintañera.

Y cosas más. Variadas. Como que la idea de tener un hijo es bastante egoísta y estúpida. Yo quiero un hogar para mis hijos como el que me dieron mis papis. Quiero una infancia para ellos como yo la tuve con mis divinas hermanas. Quiero que sepan, como yo, que aunque el mundo se desmorone hay un lugar, único, al que siempre van a poder volver.
Y cosas menos. Muchas.

Tengo un amor por minuto y un desamor por hora. Y excusas, que no las pido, pero que igual me dan. Como si necesitara de excusas para entender negativas. Como si la excusa me sirviera de consuelo. Como si necesitara un consuelo para aceptar la negativa. Es que parece ser que estoy locamente enamorada y yo ni siquiera me enteré. Es que soy colgada, por eso. Soy colgada y además fumo.

No hay comentarios: