martes, 8 de febrero de 2011

Ni lo menciones. Que cuando idealizamos perdemos la objetividad. Que cuando perdemos la objetividad, todo lo vemos subjetivamente. No te engañes por la obviedad de la redundancia. Que aunque redundante es, tampoco es que sea tan obvio. Que nuestra mirada subjetiva es lo que es para adaptarse a nuestra necesidad pero poco tiene que ver con la realidad. Poco o nada. Simplemente es adaptable. Para fingir una felicidad con fin fingida. Para llorar por un desamor donde no hay amor pero que permite entretener cabezas libres de pensamientos más productivos.
Que la distancia nos ilumine o nos oscurezca. Que si tengo que elegir quisiera ser iluminada. Que si tengo que confesar diría que estoy oscurecida. Que separarnos me enamore aunque no te enamores. Para olvidar un corazón muerto y actuar un corazón vivo. Que mi tristeza no es por soledad sino por la comodidad con que la vivo. Que mi angustia no es de no-amor sino de un no-amor indefinido. Eterno. Inmortal. Definitivo.

No hay comentarios: