lunes, 28 de marzo de 2011

Me puse a leer mi entrada de ayer y me sorprende mi dramatismo. Te lo juro. En esos estados no debería escribir. No debería ni hablar con nadie. Me sorprende lo distinta que estoy hoy a lo que estaba ayer. Hoy estoy increíblemente feliz. Y me preocupa un poco estar tan loca. Tener estados de ánimo tan cambiantes. Me importa un carajo. Siempre fui así. Creo que nunca lo voy a poder cambiar. Pero hoy estoy feliz. Porque fui trabajar. Porque estoy pintando mi casa. Porque hace 9 días que no fumo. Porque te vi. Millones y millones de motivos tengo para estar feliz. Así que hoy estoy feliz.


Cruzo los dedos para que me dure hasta mañana. Por lo menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Veo nuy raro que te haga feliz pintar tu casa: eso es muy engorroso!, pero bueno: si te hace feliz, spidaccuria ragazza!, dele pá lante.