viernes, 1 de junio de 2012

En algún momento dejé de ser yo para ser la novia de. Mi existencia parece ser condicionada, regulada y posibilitada sólo porque él existe. Es verdad. No se que sería de mí sin él. Quizás sería triste, sola y constantemente amargada. Pero, de todas maneras, seguiría siendo. Seguiría siendo yo. Seguiría siendo Mercedes. Triste, sola, amargada. O contenta. O feliz. Pero yo, con toda mi esencia. Con todas las cosas espectaculares de mí. Con todas las cosas despreciables de mí. Pero todas mías. Todas por mi causa. 

Ahora soy la novia de. 

Si llego al laburo de mal humor me preguntan: Te peleaste con L, no?
Si llego de muy buen humor me dicen: Que buena garchada te pegó L anoche, no?
Si no atiendo el teléfono o tardo en responder me dicen: Eh! Dejá un poco de cojer con L!
Si me invitan a salir y digo que no puedo me dicen: Te la vas a pasar toda la noche garchando con L, no?


Todo sobre mí depende de él. Lo que hago y lo que no hago es resultado de lo que hace y lo que no hace él. Si estoy de excelente humor es porque el pito de mi chico tiene poderes curadores que hacen que se me olviden los problemas. Y si estoy de mal humor claramente es porque algo hice mal y como consecuencia se me fue negado el falo a modo de castigo.


No se que es lo que más me inquieta. Que piensen que mi estado de ánimo es una derivación directa de su accionar o que piensen que mi chico es un super héroe cuyo super poder está situado en un pito enorme y milagroso que sana todos mis males y angustias con una buena cojida.

2 comentarios:

Ale dijo...

Podrías probar con decirles a todos lo que pensás. Y si te da paja, mandales el link por mail y que se curtan, ¿no?

Anónimo dijo...

Pasa que siempre te gusto la pija mas que el porro.