domingo, 31 de enero de 2010

Ufff. Es que no escribo porque no tengo tiempo libre. Es por eso. Me conseguí el laburo en Zara así que pasé de atender mesas a doblar ropa. Aunque por el momento hago las 2 cosas simultáneamente. Hasta ser liberada. Y todo bien. I like it. Aunque al mismo tiempo esté angustiada. Muy angustiada. Pero de eso quizás hable en otro momento.

La cosa es esta. Además de tener que bancarme zarpadas y constantes cheteadas de todas, absolutamente todas mis compañeras, tengo que tolerar que una de ellas finja no acordarse de mi nombre. ¿Por qué? Es un misterio que me importa un carajo descubrir. La cosa es que se acuerda de mi nombre sólo para pedirme cosas pero el resto del tiempo no tiene ni idea de como me llamo. Bastante inusual, no? Algunos llaman a este fenómeno memoria selectiva. A mi me gusta llamarlo boludez crónica.

Querido diario: Prometo escribirte más seguido.

2 comentarios:

Lollipop dijo...

siiii, conozco esa memoria selectiva. Que asco. Una sola palabra: ENVIDIA. Ladran Sancho!!

Martín dijo...

Decile Marta, vas a ver como se empieza a acordar de tu nombre.